Entrevista a Felipe Armendáriz, a Periodista Digital

¿Cómo se desarrolló la investigación sobre los vuelos de la CIA?
Respuesta: Empezó a principios del 2005. A través de la prensa norteamericana tuvimos conocimiento del secuestro del ciudadano alemán, Khaled el-Masri. Había indicios de que esta persona había sido trasladada por el aeropuerto de Mallorca. Localizamos las matrículas de los aviones sospechosos y comprobamos que este primer Boeing había aterrizado en Palma y a través de las empresas de catering que habían asistidos a estos aviones en tierra seguimos la pista de los tripulantes de estos aviones conseguimos averiguar sus movimientos. Posteriormente, un grupo de ciudadanos de Mallorca decidió denunciarlo ante la fiscalía del Tribunal Superior de Justicia con base en nuestras informaciones, pero fue desestimada. El juzgado de instrucción sí abrió una investigación y se pudo reconstruir un elevado número de estancias de estos vuelos en Mallorca.Cuando tuvimos acceso a los atestados policiales los cruzamos con nuestros datos e identificamos a casi medio centenar de tripulantes de estos aviones que eran agentes de la CIA o que pertenecían a las Fuerzas Armadas norteamericanas ya que también está implicado el Pentágono en esta operación.
P: ¿Cuál fue vuestra sensación al encontraros en las páginas del NYT?
R: A veces, aunque saques temas importantes, no tienen la trascendencia nacional que debería tener y mucho menos internacional. Estuvimos un tiempo como predicando en el desierto; lógicamente en Baleares sí que había seguimiento pero a nivel nacional apenas había trascendido. Cuando el NYT sacó la información sobre estos vuelos el pasado noviembre, no pensábamos que tendría esta repercusión. Luego El País se hizo eco de esta mención del NYT lo que nos catapultó.
P: ¿Pudo existir algún interés de los periódicos nacionales para no mencionar vuestras informaciones?
R: No tengo elementos de juicio para saber si ellos habían tenido acceso a estas informaciones nuestras, pero no me atrevería a afirmar que había algún tipo de interés.
P: ¿Existe desconsideración por parte de estos periódicos hacia los diarios regionales?
R: No lo llamaría desconsideración; quizá haya un sentimiento elitista en cuanto a los periódicos nacionales. A veces se nos considera como la segunda división del periodismo, pero no creo que sea desconsideración, sino categorías profesionales.
P: ¿Qué poder tiene la prensa regional actualmente?
R: La prensa regional sigue teniendo mucha trascendencia. No podemos olvidarnos que estamos organizados en 17 autonomías y que el mapa autonómico está cambiando. Por ello la prensa regional se dedica con más intensidad a lo que pasa en su autonomía. Por otro lado, la información es tan importante desde el pequeño bache de un barrio hasta una crisis de gobierno; todos los campos informativos son muy interesantes y hay que cubrirlos. A los lectores les interesa tanto lo que ha pasado en su barrio como las elecciones de Italia.
P: Con la aparición de las nuevas tecnologías y los diarios digitales, ¿está en riego la prensa regional?
R: No creo que esté desapareciendo la prensa regional, quizá esté cambiando el perfil del lector de diarios. Quizás las nuevas generaciones no han cogido el hábito de leer periódicos. Pero no veo peligro en que vayan a desaparecer los diarios regionales; en cuanto a producto serio y medio de comunicación útil, no creo que las nuevas tecnologías vayan a afectar a la prensa regional.
P: ¿Qué ha supuesto el premio Ortega y Gasset?
R: Es una gran ilusión. No quiero olvidarme del resto de mis compañeros de redacción ni de otros departamentos del diario. Para un periódico de provincias es un espaldarazo muy grande a una línea editorial de periodismo serio, porque nosotros llevamos bastantes años profundizando en temas bastante interesantes. A nivel particular yo me siento muy reconfortado por el modelo de periodismo que hacemos nosotros.